domingo, 5 de junio de 2011

arruinado

castillito de naipes derrumbado,
qué hubiera sido de tus diamantes en bruto
y tus tréboles dorados ...

sábado, 11 de septiembre de 2010

Simona

No se nace mujer, llega una a serlo ...

miércoles, 8 de septiembre de 2010

TUPI OR NOT TUPI

that is the question!

girondo girondo

"Que te enamores tan locamente de una caja de hierro, que no puedas dejar ni por un sólo instante de lamerle la cerradura ..."

sábado, 8 de mayo de 2010

Oui Oui

Cabezas erguidas,
botones prendidos,
esperan su turno
de siervos relucidos.

Mentón hacia arriba,
jugando al compás
de índices erectos
deseosos de eyacular.

In-te-lec-tua-les



viernes, 22 de enero de 2010

La carencia

Yo no sé de pájaros,
no conozco la historia del fuego.
Pero creo que mi soledad debería tener alas.

Alejandra Pizarnik

miércoles, 20 de enero de 2010

La misma

Levanto una ceja
y te miro con desdén.
A ver ahora qué hacés.
Levantás la otra
y me clavás la misma mueca.
Una sonrisa tiñe la imagen,
la tuya, la mía, la ya conocida.
Frunzo un labio, el de arriba,
y ahí estás de nuevo,
desafiante.
¿Qué querés?
Entonces redoblo la apuesta,
pienso en profundo,
tomo aire y ahí va ...
párpados húmedos pujando.
Y es a vos a quien la lágrima
le recorre la mejilla,
tu mejilla, que es la mía.
¿Hasta dónde querés llegar?
Grito.
Y tu boca se abre tanto
que te adueñas del sonido.
Basta.
Puñetazo.
Cristal rajado.
Rompí el espejo.
Y afuera vos ...
la misma.

miércoles, 29 de julio de 2009

...

Una inercia que impedia todo lo propuesto,
que sofocaba el espacio,
alergiaba las razones,
pocas,
todas ellas,
entre sus finitudes y sinsentidos.

Y ella, pariendo el crepusculo.
La mirada perforadamente hundida en el vacío de la cama.
Como si algo los pudiera absolver de su sentencia.

... Y tomarse un barquito,
de esos que te llevan derechito a la mierda.

jueves, 30 de abril de 2009

Más pequeñeces

Un tornado,
una tormenta de arena,
o quizás,
simplemente
un salero
que vuela por los aires
desparramando
sus cristales diminutos.

viernes, 30 de enero de 2009

Haikus II

Triste nubarrón
ya nada lo consuela
llueve otro amanecer.

martes, 30 de diciembre de 2008

IM - ¿POSIBLE?

Salió de su casa atontado por el sopor familiar que dejaba en su cuerpo cada reunión navideña. Repasó en algunos segundos todas y cada una de ellas, que agolpándose una tras otra formaron una gran bola de imágenes que devinieron en una sola, la de esa noche, tan cargada de lo mismo: la misma gente, el mismo olor, los mismos rincones con sus adornos colgando (sólo que ahora, el rojo de las bolillas del arbolito se había tornado rosado), la misma sensación de hartazgo. Eso, más de lo mismo, pensó. Y tan sólo le bastaron tres pasos para distenderse, pensar en Beatriz, recorrer sus gestos, imaginar su voz susurrándole alguno de sus comentarios elocuentes seguidos de una carcajada estentorea. Se detuvo, y por primera vez se dio cuenta que aquello que lo empujaba ciegamente a aferrarse a su cuerpo y no soltarla nunca era la complicidad que compartían. Y empezó a jugar, primero con las que empezaban con com, complicidad, compañerismo, completitud, luego, quiso seguir sólo con las que empezaban con c, pero "complicación" se le coló en medio del intento y quedó ahí, quietita, paralizada, como atragantada en su cerebro. "Sí, es eso", se dijo hacia sus adentros. "Me gusta tanto la manera fácil con que definís lo difícil que sos". Frenó un instante. Y como si aquella palabra lograra liberarse de las grampas que la tenían aferrada a alguna pared mohosa y gris, Nené se supo tan difícil como ella. "Tal vez allí esté el secreto, murmuró, pensarnos fáciles sabiéndonos difíciles, pero nunca imposibles".

miércoles, 17 de diciembre de 2008

Fragmento

Todo amor tiene su instante inaugural, su big bang privado, pero que es por definición un comienzo perdido, del que los amantes , por perspicaces que sean, nunca son contemporáneos. No hay amante que no sea en verdad el heredero tardío de un instante de amor que nunca verá, atrapado como quedó, y para siempre en la oscuridad de su aparición. Sólo que ahora, con el discernimiento frenético de los que saben que están condenados, podía volver atrás y buscar esa señal original, tratar de identificarla o darse el lujo, incluso, de elegirla.

El pasado, A. Pauls.

lunes, 25 de agosto de 2008

Jana

¿Estás ahi? Sí, estás, te escuché. Mirame.
No te hagas la distraída. Hablame.
No te escondas. Siempre seré la sombra
de tu cuerpo débil; el reverso cruel
de tu cara de buena.

viernes, 25 de julio de 2008

Devenires

Algo me quedó resonando, rebotando alborotadamente como pelotitas numerológicas atrapadas en un bolillero transparente. Espejos. Crear el mundo a nuestra imagen. Encasillar objetos, personas y sentimientos dentro de nuestra cuadrícula de "lo ya conocido", buscando lugarcitos justo ahí, donde interseccionan dos o tres variables, donde el sentido puede fijarse y hacerse controlable. Cómoda forma de detener los devenires. ¿Y es que podría no ser así? No lo sé. Pero nos levantamos y claramente lo primero que hacemos es dirigirnos al baño. Y nos miramos en el espejo y descubrimos un granito nuevo, justo ahí, en la comisura, y enseguida hipotetizamos que debe haber sido el chocolate de la noche anterior, o los nervios por ese llamado que puede depararte un nuevo trabajo. Y nos bañamos, y desayunamos, y con la taza de café aún en la mano abrimos la puerta y agarramos las llaves y saludamos a la portera y llamamos al ascensor. Y nos subimos a un colectivo, del cual no importa mucho la línea, y resulta que el chofer no sólo no nos cierra la puerta encima sino que además nos dice "buen día" con una sonrisa digna de protagonismo en cualquier campaña publicitaria. "Mmmm, debe ser nuevo. Seguramente esta es su primer semana", reflexionamos mientras observamos infinidad de anteojos de sol que denotan caras madrugadas y somnolientas. Y de repente una frenada poco cordial nos hace dar cuenta que el que está cansado es uno. Y que por ahí, el granito podría ser el beso de un incorpóreo amante nocturno, que el chofer es un espantapájaros que venció su soledad y que los portadores de anteojos son manequíes esculpidos por algún genio loco que hoy se le habría ocurrido exponer en el transporte público.

miércoles, 16 de julio de 2008

Cositas chiquitas

El té está un poco frío. Los amaretis, húmedos. Quizá el vapor del té se metió entre los amaretis. Seguramente el mozo trajo el contenedor de amaretis sobre la taza de té. Pero si hubiera sido así, el té no se hubiera enfriado. A no ser que el recipiente amaretesco haya tenido un agujerito. Ahí sí. El vapor del té se metió entre los amaretis, ablandándolos, haciéndolos gomozos, casi como el chicle pegado debajo de esta mesa.

Los hombrecitos de porcelana miran al contenedor de amaretis. Preferirían ser su sostén, en lugar de estar soportando todo el peso de las botellas de Valmount. Sus sonrisas terminan en mejillas gordas y rozagantes. Quizá las botellas de vino también tienen agujeritos que permiten a los hombrecitos de porcelana hacer de su oficio un jolgorio.

-¿Un cenicero? pregunta el mozo, mientras sin esperar respuesta se acerca a la mesa contigua para interrumpir sus besos. Ella, rubia. Él, también. Parecen primos. ¿Tendrá un agujerito el cenicero? A lo mejor el mozo usa los chicles gomozos pegados bajo las mesas para disfrazar los agujeros ceniceriles.